¡Hola chic@s!
Cuando llega el verano a todos nos encanta pasar las horas tumbados al sol y solo levantarnos para refrescarnos un momento en la piscina o en la playa y ¡vuelta a la toalla! para conseguir un bronceado ideal.
Pero muchas veces no somos realmente conscientes de los riesgos que nuestra piel corre cuando la exponemos durante mucho tiempo a los rayos UV...
Si, ya sabemos más que de sobra lo importantísimo que es utilizar protección solar, pero muchas veces, no es suficiente para mantener a raya las manchas, arrugas o el temido cáncer de piel...
Por ello, para conseguir que nuestra piel esté totalmente protegida en verano debemos confiar también en el aftersun, una pieza imprescindible del cuidado de la piel en verano.
Después de tomar el sol... ¡Aftersun siempre!
El aftersun a sido creado con el objetivo de rehidratar, reparar y calmar nuestra piel, ayudándonos a mantener estable el equilibrio hidrolipídico de ésta.
Durante muchos, muchos años se ha creído que el aftersun solo se debía utilizar cuando nos quemábamos, sin embargo el uso del aftersun debe ser obligatorio después de pasar muchas horas bajo el sol.
Aunque después de tomar el sol tu piel no presente rojez, escozor o picor, el simple hecho de haberse bronceado ya significa que el sol a actuado sobre ella, por lo que debemos protegerla y cuidarla profundamente.
Si utilizamos aftersun (con más intensidad especialmente los primeros días de exposición) evitaremos que nuestra piel se ponga rojita, se queme, se descame o quede reseca y débil.
Por ello, desde Farmacia Checa te recomendamos probar la línea After-Sun de Piz Buin.
Sus productos protegerán y prolongarán el efecto del bronceado gracias a su fórmula rica en tanimel, un extracto de plantas que incentiva la producción natural de pigmentación de la piel.
