Problemas de memoria, ¿estrés o demencia?

¡Hola chic@s!
Hay muchas personas que bromean con el Alzheimer cuando olvidan por casualidad el nombre de una persona o un objeto, o cuando no se acuerdan de dónde han puesto sus llaves...
Pero cuando se tiene un familiar que ha sufrido esta patología, no se bromea tanto si algo así les ocurre, todo lo contrario, se asustan porque temen padecerla.

Pero no siempre tiene por qué ser así, la angustia, la depresión y el estrés pueden afectar a nuestra memoria más de lo que pensamos.

¿Cómo los podemos diferenciar?
Éste es el reto al que se enfrentan los especialistas día a día. El 40% de la población mayor de 60 años tiene problemas de memoria, pero no afectan a su vida diaria, sin embargo, entre un 12% y un 14% de ellos, con el paso del tiempo, desarrollará Alzheimer.
Los especialistas intentan detectar la demencia en su estado más precoz, el llamado deterioro cognitivo leve.

En las personas mayores de 65 años, los síntomas de alarma comienzan cuando la pérdida de la memoria se mantiene durante meses y con una gran intensidad que hace que sus familiares se den cuenta. En éstos casos es importante realizar una exploración protocolizada de la memoria de la persona, es decir, del lenguaje, la lógica o la biográfica; y otras áreas cognitivas como el lenguaje, el cálculo o el reconocimiento.

Sin embargo, como hemos dicho, los problemas de memoria no siempre tienen que ir acompañados del Alzheimer u otras enfermedades.
La mayoría de las personas, para retener una información, necesitan estar atentos y comenzar la acción que les ayude a terminarla, ésta situación se relaciona con el estado psicoafectivo.

Cuando se evalúan los problemas de memoria de las personas adultas, la mayoría de ellos no presenta un déficit en las pruebas de memoria, sino en las de atención-concentración, las cuales producen una pérdida de memoria.
El estrés, la depresión, la ansiedad o el insomnio son las principales causas que acaban, en la mayoría de los casos, con problemas de memoria.

Los trastornos de ansiedad están asociados a respuestas emocionales disfuncionales, la preocupación, las obsesiones, los miedos irracionales y la distorsión de la realidad pueden perjudicar gravemente a la memoria, ya que se centra el foco de atención tanto en otra cosa que la persona no se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, por lo tanto, no se acuerda de lo que acaba de pasar o de quién le hablaba.
Ésto hace que, con el tiempo, la memoria se resienta, haciendo que aparezca la pérdida de memoria que tanto preocupa a quienes la sufren.

Pero ¿cómo podemos proteger la memoria?

El tratamiento para la ansiedad debe estar gestionado por un profesional médico, pero sin embargo, existen ciertas estrategias que se pueden seguir la evitar la pérdida de memoria causada por la ansiedad que podemos hacer nosotros mismos.

Los ejercicios para reforzar la memoria pueden ser un buen pasatiempos con el que mantener nuestra memoria en forma y hacerle frente a la pérdida de ésta. Apuntar en una agenda las cosas que tienes que hacer puede ayudarte a no sentirte insegur@ cuando la ansiedad o el estrés te impidan recordarlo.

En la actualidad existe una gran variedad de complementos alimenticios que te ayudarán a reforzar tu memoria en éstos casos. Nosotros te recomendamos probar Neuralex, un complemento alimenticio a base de ácidos grasos omega3 (DHA y EPA) y vitaminas del grupo B que te ayudarán a mantener el correcto funcionamiento del cerebro para que no olvides nada.

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