¡Hola chic@s!
Arañas, aviones, nadar, oscuridad... ¿Alguna de estas cosas os dan un miedo terrible e incontrolable? Si es así, seguramente tengáis fobia, un problema psicológico que puede volverse una verdadera tortura si no se controla.
1 de cada 20 personas en todo el mundo sufre alguna fobia. Una persona con fobia siente un miedo exagerado e irracional hacia determinadas situaciones, animales u objetos. El temor que se puede llegar a sentir es tal que incluso puede provocar síntomas como mareos, sudoración, palpitaciones e incluso pueden desencadenar ataques de pánico.
Existe una gran multitud de fobias, algunas son tan comunes que tienen su propio nombre como la claustofobia, agorafobia, zoofobia, coulrofobia, etc... Pero también existen fobias sin nombre específico a una situación, un animal e incluso a padecer una enfermedad que no se tiene.
Las causas de la aparición de una fobia, a menudo, no suelen ser muy claras ya que, al igual que hay un gran número de fobias, no todas tienen por qué aparecer por motivos similares, eso depende de las personas.
Por ejemplo, hay quienes tienen fobia a los perros por que alguna vez un perro le haya mordido o ladrado y otras personas directamente les tienen miedo por lo que el perro pueda hacerles.
Lo que tienen un común la mayoría de las fobias es que éstas se desarrollan durante la infancia, pero no deben ser confundidas con miedos normales que se tienen durante la niñez y se superan con el paso del tiempo.
Cuando de pequeño se tiene una fobia y se mantiene durante la madurez, este miedo puede aumentar aunque la persona sea consciente de la fobia y que sus temores no están justificados...
Por suerte, en muchos casos las fobias pueden llegar a controlarse y curarse con tratamientos de aproximación gradual hasta tratamientos psicológicos, dependiendo de lo que cada persona necesite y el tipo de fobia que tenga.
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