En Farmacia Checa sabemos que los bebés tienen la piel muy sensible y para cuidarla bien debemos extremar los cuidados.
Debemos tener cuidado con los baños, los cambios de pañal y su ropa, sin obsesionarnos, simplemente debemos tomar algunas precauciones en su trato, limpieza y elección de materiales.
El pañal.
Con los pañales debemos poner mucha atención a su elección y uso ya que algunos niños toleran cualquier pañal y otros pueden sufrir alergias o irritaciones simplemente por entrar en contacto con los productos químicos que éstos contienen. En nuestra farmacia podrás encontrar una gran variedad de pañales
En el caso de que nuestro bebé no tolere cualquier pañal debemos optar por pañales desechables de fibras orgánicas o lavables de tela.
Para evitar que su piel se irrite debemos usar pañales de su talla y no apretarlos mucho. Una forma de comprobar si le aprieta es observar si deja marcas en la piel de sus muslos.
Tampoco debemos ponerle ropa muy ajustada, sobre todo en esa zona, ya que puede comprimir el pañal contra su piel.
Los pañales se deben cambiar en cuanto nos demos cuenta de que ha hecho pipí o caca, impidiendo que entren en contacto con su cuerpo, por muy absorbente que sea el pañal.
Por eso es importante prestar atención y reconocer los gestos de nuestro bebé al hacer sus necesidades.
Por la noche también suele ser necesario cambiar el pañal, sobre todo al principio, ya que suelen hacer sus necesidades después de cada toma, pero con práctica podemos conseguir que no se despierten mientras le cambiamos el pañal.
El baño.
Es muy importante tener en cuenta algunos cuidados generales sobre el baño de nuestro bebé.
Durante los primeros meses un baño puede ser muy relajante, pero al principio puede resultarles molesto, por eso es importante intentar que se acostumbre a él.
No es necesario bañar al bebé a diario, pero si se mancha de caca, suda o se queda con el pañal mojado es una buena manera de evitar irritaciones.
A la hora del baño, lo primero que debemos cuidar es la temperatura del agua, no debe estar ni fría ni caliente, debe estar a la temperatura de su cuerpo.
Para conseguirlo es habitual tocar el agua con nuestro codo o la parte interna de la muñeca ya que son zonas especialmente sensibles a la temperatura, pero si podemos usar un termómetro, mejor, así evitaremos errores.
Debemos confirmar siempre, siempre que el agua está a la temperatura adecuada ates de sumergir al bebé en ella, para que el baño sea agradable.
Para bañarlo podemos usar simplemente agua o añadirle un poco de jabón hipoalergénico para bebés, y limpiar, con especial cuidado, los pliegues de piel de sus piernas ya que esta zona queda expuesta a pipí y caca, y también la zona de los dedos de los pies y de las manos.
Para estas zonas podemos usar una esponja especial para bebés, un paño de algodón o simplemente nuestras manos.
Para secar al bebé lo mejor es secarlo envolviéndolo en una toalla de algodón suave, limpia y lavada sin usar detergentes abrasivos ni suavizantes.
Son recomendables las toallas que vienen con capuchas, ya que así evitamos enfriamientos y los sustos que se dan algunos bebés con el cambio brusco de temperatura.
Debemos secarlo muy suavemente, sin frotar y teniendo un especial cuidado con aquellas partes de su cuerpo que tengan pliegues, ya que ahí se podría quedar la humedad.
La ropa.
Aunque a veces parezca toda una ciencia, la ropita de bebé es muy sencilla.
La ropa debe ser intercambiable, los vestidos es mejor reservarlos para momentos especiales, de colores claros, de algodón orgánico y que pueda poner y quitar sin muchos problemas.
Se deben mirar muy bien las etiquetas, elegir la ropa de algodón natural, si puede ser mejor orgánico ya que es transpirable y no tiene añadidos de fibras sintéticas. Hay que cortar bien las etiquetas antes de ponerle la ropa ya que el roce puede irritar su piel y hasta hacerle raspaduras.
Es importante lavar la ropa antes de ponérsela y hacerlo con jabón natural, para evitar cualquier tipo de alergia.
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